Los residuos de plástico que son arrojados al
mar matan a un millón de animales al año. La
contaminación de pozos y acuíferos tiene consecuencias perjudiciales para la
salud humana y degradan el medio marino. Muchos animales marinos y aves mueren
al tragar desechos que flotan, porque creen que es comida.
Los ríos y mares poseen una elevada capacidad de reciclarse a sí mismos.
Las bacterias que componen el agua descomponen los desechos
orgánicos, que alimentan a peces y plantas. Gracias a su actividad estos seres vivos hacen que el oxígeno y el carbono retornen a la
biosfera.
Otro gran problema del agua es el mal uso que se le ha dado.
Se utiliza agua potable para regar sembrados, para disfrute y recreación, y
para diversos usos domésticos e industriales. Se olvida muchas veces, que este
es un recurso no renovable y vital para el hombre y los
seres vivos.
A medida que crecen las poblaciones, se complican los ciclos ecológicos
de las aguas. Los habitantes de zonas urbanas descargan sus residuos en ríos
que en muchas ocasiones no son depurados y las industrias liberan sin control sustancias
que las bacterias son incapaces de eliminar.
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